martes, 4 de mayo de 2010

Él.


Un día no estabas más,
entonces yo no fui más
la que reía por vos,
la que lloraba por vos.
La lluvia empezó a caer
y, ¿Para dónde correr, si ya no estaba él?
El que me iba a contener,
el que todo podía hacer,
ése eras vos.
Caí en un estado de shock
y revelándome con la angustia,
traté de escaparle al dolor.
De los llantos y consuelos me hice ajeno,
huyéndole a mi suerte,
separando a mi mente de un cuerpo
que todavía siente.
Que todavía te espera,
que todavía amanece,
y me obliga a quedarme aquí.

(..Cuando vuelva a despertar, quiero verte
al lado mío, para poderte abrazar.)

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