No preguntes cuántos espejos me
encandilaron hoy. Tu noche de
excesos, tu feria de besos, tu cara
en la hora del té. Me quedé solo,
feo, sin poder sonreír. No soñé
verte muda, sin darme luz de sol.
Ando buscando, abro persianas y
no hay más ruido, ya nadie molesta.
Nadie me apura, nadie me enoja más.
Vos podés darme días que tengan tus canciones.
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