lunes, 14 de noviembre de 2011


Sonríe y allí te somete a su encanto. (..de su dramaturgia, no puede salir.) La luna en sus dientes promete 

utopías, porque de su mano puedes conseguir que el tiempo no corra, que llueva en tu alcoba. 

Que el cielo y el sol estén a tu merced. Que abunden las risas, no exista la prisa. 

Que el agua en su boca asesine tu sed.

Después de la lluvia, del perfume, de la angustia y del sonido del silencio que dejás cuando te vas. Después de no sobrevivir a las mañanas de ése abril, nubladas como rotas. Viajo bien adentro a la ciudad del desencuentro. Capital del nuevo centro del vacío existencial. Cómo me desilucionás, cuando amagás y tiroteás, sin terminar las cosas. Libertad, mi casa es un desastre, mi vida un poco más. Corazón, que caros son los precios del amor. No te encontré en el centro hoy, y una secuencia de terror y soñé pasiones locas con vos. Y simplemente pasa que tengo ganas de verte. Simplemente pasa que... Algo habré perdido que ando tan comprometido en buscar adentro tuyo algo que está dentro mío. Y algo para poder tapar mi gran agujero existencial, mis ilusiones rotas. Creo que buscarte es menos digno que pensarte, más difícil que encontrarte y menos triste que olvidarte. Me preguntaste: "¿No tomás?, te dije "Ya no lo hago más", y te aburrió la historia. Libertad, mi casa es un desastre, mi vida un poco más. Corazón, que caros son los precios del amor. No te encontré en el centro hoy, y una secuencia de terror y no sé que está pasando con vos. Y simplemente pasa que tengo ganas de verte. Y simplemente pasa que...

viernes, 4 de noviembre de 2011


¡NO ME SUELTES!
(tengo un miedo...)




No quiero ser parte de tus 'abracadabra',
ni de tus jueguitos de 'a ver quién aguanta más sin pestanear'.



Me traje esta soledad que es la de no estar solo,
la que se invita sola a sentar en mi mesa.
La que sienta cabeza, la que duele en los huesos.
La que nunca me besa, pero me llena de besos.
Este "aca nomás", a nueve horas de casa,
que siempre se me pasa por querer ir sin frenos.
Este más sin un menos, este ramo de espinas
que no llega ni siquiera a la esquina.
Pero me encantó tu pueblo y tu boca estrellada.
Tu sonrisa iluminada y tus brazos abiertos.
Tu sueño despierto y tu yerba lavada.
Y verte, más que nada..

(...Convídame un matecito más, después nos vamos a ver el cielo.
Y, si me animo, te cuento cuánto, CUÁNTO me gustás.)