martes, 10 de marzo de 2009

Hay momentos.


No me despiertes cuando vengas y no me hables al oído, ya no me sirven tus palabras, apagué el sueño demasiado temprano. Dejé una carta en la mesa con muy poca lucidez, pero el amor no se olvida: toda mi vida rendida a tus pies. Hay momentos que no recuerdo nada, hay momentos que no puedo olvidar, hay momentos que por las madrugadas me arrepiento y empiezo a temblar. Cinco segundos de gracia y mil horas sin razón, sequé mis lágrimas en espejos fríos y soy la sombra de ayer. Hay momentos que no recuerdo nada, hay momentos que no puedo olvidar; hay momentos que por las madrugadas me arrepiento y empiezo a temblar. No me despiertes cuando vengas y no me hables al oído, ya no me sirven tus palabras,
apagué el sueño demasiado temprano..

1 comentario: