martes, 31 de agosto de 2010

Enredado en mi pensar, maniatado a lo que todavía duele. Sólo quiero escapar a otro lugar donde ya no me sienta así, tan terriblemente solo. Me cansé ya del disfraz, me cansé de ser esclavo de insatisfacción. Sólo quiero acariciar una canción y así, olvidar lo que perdí por no haber escuchado siempre. ¿A dónde vas cuando los días no tienen colores?, ¿A dónde vas, mi corazón?  Me repliego del dolor, me refugio en mi guarida sin moverme, sólo salgo a respirar cuando hace falta. Sin apurar, ni acelerar, que nada en realidad importa, sólo el beso del final. El principio ya lo escuché más de mil veces. ¿Será la casualidad, o la causa de lo que siempre está enfrente?

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