viernes, 1 de octubre de 2010


Rompiendo mi promesa de no volverte a verte ni en pintura, me he sentado a tu mesa, Virgen de la Amargura a jugarme a los dados nuestra suerte, a absolverte de todos mis pecados. Bendigo la condena, al sólo de tu bordón que me hace fuerte y beso tus cadenas y quiero prometerte ser libres, como dos versos tachados del dictado de la revolución. Me acuso de morirme sin tu boca, confieso que desde que te has marchado solo bailo en las fiestas donde tocan la musica del vals de los ahorcados. Virgen de la Amarguara, devuélveme la vida, sin tí todo es usura y noches perdidas. Facturas, calenturas, heridas sin sutura, caídas, congeturas, sacudidas, cerraduras, despedidas de locura y callejón. La guerra ha terminado, yo vengo a arrodillarme ante tu cama. Te rezan mil soldados y el palacio está en llamas, tu General arría mis banderas, las fieras entran en la catedral. El rey murió en el campo de batalla, la reina se ha pasado al enemigo, yo no me cuelgo más que la medalla de no saber contar menos contigo. Virgen de la Amarguara, devuélveme la vida, sin tí todo es usura y noches perdidas, facturas, calenturas, heridas sin sutura, caídas, congeturas, sacudidas, cerraduras, despedidas de locura y callejón. Te vas y no te vas, y cuando vienes rezo para que los trenes se equivoquen de estación.

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