miércoles, 23 de febrero de 2011


Miel rozando la espesura cuando llueve, goteando fino. Luz entrando por mis ojos, que están hartos de ver mentiras. ¿Qué tal, señor? Vine a preguntar si es que, por casualidad, le sobra algún minuto para preguntarse si aún es feliz. ¿Quién, quién puede acompañarme? En triste mantra solitario. Si vuelvo a ser, de nuevo, en esta piel, lo haría todo de la misma manera. Quiero ser yo el que elija el reto al que enfrentar, en la perfecta imperfección que nos rodea. Salgo fallando por la vereda y me mira, sin mirar, algún vecino que se apura. Y sigo, en letargo voy a atravesar avenidas submarinas. Las calles son de agua, mis pulmones nacen branquias y comienzo a avanzar. Buceando por Almagro, edificios y los autos. La ciudad está inundada pero es como si nada: Sólo tengo que nadar. Silencio en Rivadavia, pasa un pez por tu ventana. Arriba todos vuelan y te veo tan veloz, como una danza acelerada. Si vuelvo a ser, de nuevo, en esta piel, lo haría todo de la misma manera. Quiero ser yo el que elija el reto al que enfrentar, en la perfecta imperfección que nos rodea. Y voy a andar, sin penas ni mal, que mañana todo puede acabar. El presente es una estrella fugaz, y el tiempo pasa mientras vos lo mirás. Y hoy llueve en Buenos Aires..

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