sábado, 19 de febrero de 2011



Nunca una sonrisa tiene que borrarse. Debe permanecer ahí, fiel a nuestros gestos, acompañándonos ante todo, nunca debe faltarnos. A veces, cuando el destino quiere jugarnos una mala pasada, debemos mantenernos fuertes, soportando huracanes y tormentas.. Pero a veces, es tan difícil hermano. El de afuera no nos entiende, y nosotros que estamos adentro, tampoco. Te queda la angustia en el pecho, y una congoja desesperante. Pero fue el destino mismo quién también hizo que nuestro hombro de consuelo esté ahí, él puso ése par de orejas que tanto te escuchan hablar. Debemos entender que nadie juega con las cartas marcadas, que los mazos se mezclan constantemente durante el juego, y que todos ganamos, y que todos perdemos. Pero a pesar del viento, nunca una sonrisa tiene que borrarse. Debe permanecer ahí, fieles a nuestros ideales de nunca retroceder, y siempre estar listo para la ocasión. No dejes que nada te derrumbe, cada persona es un mundo el cual nunca debe caer.




(..la soledad junto al sol, no es soledad. Siempre queda algo por jugar.)

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