martes, 4 de agosto de 2009

El malo.


Ella te da su amor, tu duermes con dudas. Ahora ves que la costumbre no es lo que aparenta ser. Es tan sincera, contraria a mis defectos, pero sigo siendo la mala que no dejas de querer. Tú serás el principe; ella, la tonta que da pena; y aunque yo no sea una Reina, soy tu amor y tu dilema, y al igual que en las novelas, soy la mala con una virtud. Ella no entiende el procedimiento, cuándo y cómo darte un beso. Yo en cambio encuentro el punto debil, que te eleva hasta el exceso. Nisiquiera se imagina de ése pacto misterioso con tu alma y tu cerebro. Tendrías que volver a nacer, para ver si en otra vida te enamoras de ella. No tiene la táctica adecuada para arrancarme de tu pecho. Yo que te fallé mil veces, sigo siendo tu dueña. Que me pregunte cómo te conquisté, que anote mis truquitos en papel. No bastan los modales, y ser fiel. Si tu deliras por la mala que te heriza la piel.

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