miércoles, 10 de marzo de 2010

Algunas de mis noches.



Una noche por delante, demasiadas por detras, confesándole a mi almohada que nadie me hace llorar. Cuando llegan las estrellas, temo que mi sensatez subestime mi mania de querer volverte a ver. Y una vez duerma mi cabeza, tomará el mando el corazón; soñaré que tu me despiertas, que aún vive tu apuesta por nosotros dos. Son tan fuertes mis latidos, que el sonido de mi voz no se escucha cuando a gritos pide que me haga mayor. Por eso cada noche me muero, después me encuentro un rayo de sol, se quedan en la cama mis sueños y me salgo yo. En cuanto cierro los ojos, se me encoje el corazon; lo que dura un parpadeo, es ya una foto de los dos. Aunque se que nuestra historia es la que nunca pudo ser, en algunos de mis sueños ser valiente es tu papel. A veces, al hablar de mi vida, termino por romper a llorar, supongo que es asi como empiezo a contar lo que quiero decir de verdad. Son tan fuertes mis latidos, que el sonido de mi voz, no se escucha cuando a gritos pide que me haga mayor. Hasta siempre compañero, nuestra historia se acabo. Hasta siempre amigo mio, ya no hay sitio para dos. Por eso cada noche me muero y las mañanas me hacen vivir, asi de dia tengo mis años. En cambio de noche, mis años de veloces, vienen a mi.

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