miércoles, 10 de marzo de 2010

Mientes.


Tú llegaste a mi vida para enseñarme. Tú, supiste encenderme y luego apagarme. Tú, te hiciste indispensable para mi, y con los ojos cerrados te seguí. Si yo busqué dolor, lo conseguí. No eres la persona que pensé, que creí, que pedí. Mientes, me haces daño y luego te arrepientes. Ya no tiene caso que lo intentes, no me quedan ganas de sentir. Llegas cuando estoy a punto de olvidarte. Busca tu camino en otra parte, mientras busco el tiempo que perdí, y hoy estoy mejor sin ti. Voy de nuevo recordando lo que soy, sabiendo lo que das y lo que doy, el nido que buscaste para ti, y el tiempo hizo lo suyo y comprendí: las cosas no suceden porque si, y hoy estoy mejor sin ti.
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