jueves, 11 de marzo de 2010

Noche cualquiera.



Una noche más que tengo encima, otra copa se vacía.
Dibujé tu rostro en las paredes, no fué una, fueron mil veces.
Inconciente vivo, muriendo por dentro. En el sur del mundo,
en otro hemisferio. Eres tú mi religión, el amor no tiene
reglas ni fronteras. Y por eso, siempre eres tú mi salvación,
y hasta el sol robaría con tal de tenerte una noche cualquiera.
Una noche más que se ha pasado, vacia el alma al corazón atado.
Respirando el humo de un cigarrillo, que no está bien apagado.
Abrazando el viento llegaré a tu lado, desafiando inviernos y a
los hemisferios. Eres tú mi religión, el amor no tiene reglas ni
fronteras. Y por eso siempre eres tú mi salvación, y hasta el sol
robaría con tal de tenerte, una noche cualquiera. Por eso
siempre eres tú la luz, mi vida. Y tu nombre mi norte, estrella
que me ilumina. Por eso siempre eres tú, siempre serás tú el
perfume que ronda donde quiera que vaya, una noche cualquiera.

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